Nuestros SERVICIOS

SERVICIOS

Recopilamos y organizamos el conocimiento

Nuestro modo de abordar un nuevo proyecto es poco convencional; pero estamos convencidos de que es el mejor modo de obrar. Partimos siempre de los conceptos más usuales en las prácticas del negocio, su significado y su uso habitual. Gracias a ello recopilamos y organizamos el conocimiento colectivo que sustenta dichas prácticas y redactamos, mediante reglas de negocio en lenguaje natural, el compendio consensuado que define y explica la arquitectura oculta de la corporación, al mismo tiempo que desvela sus posibles puntos débiles y nos indica cómo actuar para mejorar los procedimientos y aprovechar al máximo las oportunidades. Es a partir de la redacción del corpus de las mencionadas reglas del negocio que podemos construir sobre lo ya existente con eficiencia, rentabilidad, ductilidad y visión de futuro de largo alcance.

¿Cómo lo hacemos?

Así pues, redactamos reglas de negocio en lenguaje natural controlado. En nuestro caso, en lengua española controlada.

La teoría afirmaba, hasta hace poco, que es imposible escribir en ningún lenguaje natural de forma que lo escrito pueda llegar a ser entendido por un ordenador. La experiencia nos permite afirmar que hoy ya es posible escribir reglas de negocio en lenguaje natural controlado y conformar con ellas un sistema de reglas de negocio capaz de hacerse entender tanto por el personal del negocio como por los ordenadores a su servicio.

¿Qué es el lenguaje natural controlado?

Todas las lenguas naturales tienen infinidad de realizaciones, formas de hablar, líneas de entonación, sobreentendidos y otros muchos recursos que las hacen capaces de una cantidad potencialmente infinita de matices y de posibilidades comunicativas diferentes. Pero si estudiamos esa lengua con la intención de acotar y dominar su capacidad casi infinita de comunicar; es decir:

  • si reducimos su radio de acción a un ámbito concreto como el propio de un negocio
  • si limitamos sus variables de registro a un único registro (el registro estándar) y a un único modo de elocución (no subjetivo)
  • si eliminamos la polisemia, la ironía y la ambigüedad
  • y si vigilamos su capacidad de autorreferencia y de deíxis

entonces, y solo entonces, es posible hablar de un lenguaje natural controlado.

Los resultados

Conseguimos que la lengua natural alcance el grado de exactitud.

Para lograrlo, además de delimitar el campo lingüístico de actuación, mantenemos entrevistas con el personal de negocio designado por la corporación para establecer de modo consensuado un glosario de términos de negocio a partir de los cuales, mediante las interconexiones que se establecen a distintos niveles entre los términos, detectar las interacciones clave que mantienen en marcha los procesos y también aquellas que, bien por no haber sido establecidas o por no estar debidamente definidas y delimitadas, ralentizan o impiden el desarrollo correcto de cualquier proceso. Siempre en contacto con el personal experto del negocio y mediante diversos soportes de exposición tanto teórica como pragmática, definimos cada término del glosario con una relación biunívoca, comprobamos la precisión y veracidad de los procedimientos descritos, establecemos las secuencias de desarrollo de cada procedimiento y ponemos toda esta información, ahora explícita y contrastada, al servicio de la propia corporación.

Así pues, no nos ocupamos de todo el ámbito de expresión, potencialmente inabarcable, del lenguaje natural; sino que lo reducimos a lo estrictamente necesario y útil para expresar el conocimiento del negocio y abordar su gestión, sus directrices y las líneas esenciales de su política empresarial. Y de este modo conseguimos que el lenguaje natural alcance el grado de exactitud que hasta ayer mismo parecía reservado a los planos técnicos y las operaciones matemáticas.